El anillamiento de aves es una forma fascinante de observar, estudiar y conservar las poblaciones de aves, y hoy hemos tenido la oportunidad de asistir a un evento dedicado precisamente a este propósito, organizado por la SGHN (Sociedad Gaditana de Historia Natural). Celebrado cerca del río Arillo en San Fernando, junto al Sendero Tres Amigos, este evento de anillamiento de aves fue una experiencia extraordinaria para todos los participantes. El evento, que comenzó alrededor de las 6 de la tarde y duró más de 9 horas, reunió a un grupo diverso de más de 20 personas, entre las que se encontraban tanto anilladores profesionales como principiantes deseosos de perfeccionar sus habilidades. Los participantes procedían de varias partes de España, todos unidos por su pasión compartida por la conservación de las aves.
Colocación de las redes en las marismas
Cuando la luz del atardecer comenzó a disminuir, el grupo se embarcó en la primera tarea del evento: la instalación de las redes en las marismas. Estas redes, cruciales para capturar aves de manera segura, se instalaron mientras aún había suficiente luz. Las marismas, aunque hermosas, requerían que todos caminaran por el barro para llegar a los lugares ideales para las redes. Una vez colocadas, las redes se dejaron todavía cerradas mientras el grupo se preparaba para la noche que se avecinaba.
Alrededor de las 21, cuando el sol acababa de ponerse, finalmente se abrieron las redes. Este momento fue crucial, ya que varias aves limícolas se vuelven más activas al anochecer, lo que aumenta la probabilidad de una captura exitosa.
Los primeros pájaros
Sobre las 21:30, las primeras aves habían volado hacia las redes, lo que marcó el comienzo de lo que sería una larga y exitosa noche de anillamiento de aves. El grupo hizo varias rondas para revisar las redes y las trampas en el suelo y, en cada una de ellas, encontraron una variedad de aves enredadas en la fina malla. Fue un espectáculo emocionante para todos, especialmente para aquellos que eran nuevos en la experiencia.
Entre las aves capturadas se encontraban varias especies de limícolas, entre ellas el correlimos tridáctilo, el correlimos zarapitín, el correlimos común, el archibebe común y el correlimos gordo. Estas especies son conocidas por sus largas migraciones, lo que las convierte en candidatas perfectas para el anillamiento, ya que los datos recopilados pueden proporcionar información valiosa sobre sus patrones migratorios y su salud general.
Anillamiento y recogida de datos
En total, se anillaron 69 aves durante toda la noche, una cifra impresionante que convirtió el evento en un gran éxito. El proceso de anillamiento de cada ave se realizó con gran cuidado y precisión. Cada ave fue retirada de la red y luego llevada a la estación de anillamiento. Allí, las aves fueron medidas y pesadas cuidadosamente. Se registró su edad, sexo y cualquier otra característica notable. Se colocó una anilla en la pata, o una combinación de colores para hacer posible la identificación a distancia en el futuro.
Curiosamente, entre las aves capturadas, dos ya llevaban anillas. Estas aves habían sido anilladas en Inglaterra y Noruega, lo que pone de relieve las enormes distancias que pueden recorrer estas diminutas criaturas. Los datos de estas anillas contribuirán a los esfuerzos internacionales de seguimiento de las aves, ayudando a construir un panorama global de los movimientos y su comportamiento.
Una noche dedicada a la conservación
Todo el proceso, desde la captura hasta el anillamiento, se llevó a cabo lo más rápido posible para minimizar el estrés de las aves. La dedicación del equipo al bienestar de las aves quedó patente en su manejo cuidadoso y su trabajo eficiente. A medida que avanzaba la noche, el grupo continuó sus rondas, recogiendo más aves de las redes y repitiendo el proceso hasta las primeras horas de la mañana.
Este evento de anillamiento de aves en San Fernando fue más que un simple ejercicio científico; fue un poderoso recordatorio de la belleza y fragilidad de la vida de las aves y la importancia de los esfuerzos para protegerla.
Majestuoso reportaje y jornada, como siempre un gran trabajo.