El mes de septiembre trae una época especial al sur de España, especialmente para los amantes de las aves. Grazalema, una zona montañosa de la provincia de Cádiz, es conocida por su rica naturaleza y sus extensas rutas de senderismo. Lo que hace que esta época del año sea tan especial es la migración de las aves hacia África. Innumerables aves se preparan para su largo viaje, y esto ofrece oportunidades únicas para que los pajareros observen una amplia gama de especies.
Aunque en septiembre todavía puede hacer calor en la provincia de Cádiz, los días más calurosos ya han pasado. Esto hace que sea agradable dar paseos más largos por Grazalema incluso alrededor del mediodía. Además, el terreno montañoso hace que aquí la temperatura sea siempre más suave que en las zonas bajas de Cádiz. Las previsiones meteorológicas sólo prometían una pequeña probabilidad de lluvia, pero en Grazalema eso nunca es una certeza. Al fin y al cabo, la zona es conocida como el lugar con más precipitaciones de España. Afortunadamente, no tuve nada de lluvia durante mi caminata y pude disfrutar plenamente del paisaje y de las numerosas aves.
La ruta por el Arroyo de Campobuche
Mi caminata me llevó por el Arroyo de Campobuche, un arroyo que estaba casi completamente seco, algo normal en esta época del año. Sin embargo, la presencia de pájaros fue abrumadora desde el momento en que llegué. Sin tener que moverme, rápidamente escuché y vi casi veinte especies diferentes. Algunos pájaros estaban escondidos entre los árboles, mientras que otros volaban a baja altura sobre los campos o eran claramente visibles entre los arbustos. Parecía que los pájaros venían de todas partes, cada uno con sus propios sonidos y movimientos. La naturaleza cobró vida aquí de una manera que rara vez se ve.
Después de aproximadamente media hora de caminata, escuché el sonido de cencerros. Pronto una docena de vacas se unieron a mí en mi viaje por el lecho seco del río. Su destino estaba claro: una parte del arroyo donde todavía había algo de agua. No fueron los únicos animales que vinieron a saciar su sed: también vi una gran lavandera cascadeña, un martín pescador y numerosos herrerillos y pinzones vulgares.
Un desafío para los senderistas
Aunque algunos sitios web describen esta ruta como fácil, la realidad resultó ser otra. Prácticamente no hay señales que indiquen la dirección, por lo que es imprescindible una buena preparación. La intuición puede ayudarte a seguir el río, pero definitivamente se recomienda un GPS o un guía, especialmente si planeas hacer la ruta circular. También tienes que abrir una puerta de vez en cuando para continuar, y eso sólo puede generar más confusión.
La berrea del ciervo
El final del verano es también el momento de escuchar la berrea de los ciervos, el fuerte llamado de los machos durante la época de celo. A medida que subía más, escuché esta llamada acercándose cada vez más. Llegué al punto más alto de la ruta tras una fuerte subida de aproximadamente media hora.
La vista era impresionante y me recordó que estaba en las montañas. El canto del ciervo estaba ahora realmente muy cerca. Muy lento y cuidadosamente traté de acercarme al lugar de donde venía el fuerte ruido. ¡De hecho pude ver unas astas entre las ramas!
Decenas de pasos cautelosos después, sucedió lo que nunca esperé: me encontré cara a cara con un hermoso ciervo macho. Las impresionantes astas del animal constituían un peligro potencial, especialmente durante la época de celo. Sin embargo, el animal permaneció tranquilo e inmóvil, lo que me permitió tomar algunas fotos hermosas. ¡Este momento fue al menos tan memorable como observar una rara especie de ave!
Tuve la suerte de encontrar también una hembra, igualmente bella y tranquila.
Observar aves en el bosque
El bosque de esta zona alberga muchas especies de aves, como trepadores azules, agateadores, herrerillos, mitos y pájaros carpinteros. Estas aves suelen ser más fáciles de oír que de ver, pero con un poco de paciencia logré conseguir algunas buenas fotos. Incluso los arrendajos, que a menudo sólo se escuchan, finalmente se mostraron con bastante facilidad antes de irse volando.
Un revés inesperado fueron los numerosos tábanos que viven aquí en los bosques. Como no tenía repelente de insectos, me acosaban constantemente. Afortunadamente, este problema es menos frecuente en los meses de invierno.
También fue sorprendente la cantidad de pájaros que se alimentaban de las numerosas frutas de los arbustos a lo largo del río.
Un entorno rico para los amantes de la naturaleza y las aves
La zona de Grazalema es un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza. Toda la zona aquí es tan rica en aves, y fauna y flora en general, que fácilmente podrías pasar una semana entera explorando todo a fondo. Incluso si sólo dispones de medio día, la visita merece la pena. Grazalema te ofrece una experiencia que no olvidarás fácilmente, especialmente cuando la migración de aves está en pleno apogeo. Puedes caminar kilómetros aquí sin encontrarte con nadie, lo único que escuchas es el canto de muchos pájaros.
Además del espectáculo de la migración de las aves, este período también tiene un impacto notable en la flora y la fauna local. La abundancia de aves atrae a depredadores como el águila calzada, que se aprovecha de la vulnerabilidad de las aves migratorias. Además, en esta época del año florecen varias plantas nativas que atraen insectos, lo que a su vez atrae especies de aves más pequeñas a la zona. Esto crea un ecosistema vibrante en el que todos los animales desempeñan un papel en el ciclo de la naturaleza. Grazalema se convierte en septiembre en un verdadero crisol de biodiversidad y cada paseo ofrece una nueva sorpresa. La sensación de ser parte de este espectáculo natural hace que un recorrido de observación de aves en esta región sea aún más especial e inolvidable.
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