La excursión de observación de aves de hoy a la Laguna de Torrox en Jerez de La Frontera debía ser una visita rápida y rutinaria, pero resultó ser una caminata de casi tres horas por uno de mis lugares favoritos. Nada más llegar divisé una especie que nunca antes había visto, a apenas diez metros de distancia, escondida entre los carrizales: un espectacular avetorillo. Tuve que cambiar rápidamente al enfoque manual para obtener una foto decente de este pájaro extremadamente reservado.


Unos cientos de metros más adelante volví a salir del camino principal para acercarme a los cañaverales. Escuché y vi una pareja de martines pescadores y varios carriceros. Sin una preparación específica es casi imposible tomar buenas fotos de estas especies con tantas ramas y los pájaros en constante movimiento.


Afortunadamente también había algunas aves que eran más fáciles de fotografiar, como el cormorán, el zampullín chico, la garza real y la focha común, por nombrar sólo algunas.




Hoy también visitaron la laguna algunas aves rapaces. Vi tres cernícalos, un águila pescadora y un águila calzada.




Las últimas especies que anoté durante esta visita fueron el colirrojo real, el papamoscas cerrojillo y el papamoscas gris. Más de treinta especies diferentes en lo que se suponía que sería un paseo rutinario en una mañana de finales de verano.






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