Después de la visita de hoy a Prado del Rey, un pequeño pueblo cerca del Parque Nacional Sierra de Grazalema en la provincia de Cádiz, juro que siempre miraré la previsión del tiempo antes de salir a dar largos paseos con mi cámara. Se suponía que iba a estar nublado toda la mañana y la tarde, pero pronto me pilló una llovizna que me impidió disfrutar del bonito paisaje de esta zona. Afortunadamente, la cámara no sufrió ningún daño grave. Debido al inesperado mal tiempo, no aproveché al máximo la zona y no vi muchas aves.
Como de costumbre, me sentí tentado de salirme del camino oficial y explorar por mi cuenta. Nada más empezar la ruta desde el centro del pueblo, decidí iniciar una espectacular subida empinada hasta un mirador, desde el que habría tenido unas bonitas vistas del pueblo y de la montaña de detrás, si no hubiera habido tantas nubes. Para llegar allí, por error atravesé el jardín de alguien en lugar de ir por la carretera, pero al amable terrateniente no le importó. Para llegar al mirador tuve que atravesar una zona llena de carteles de "zona de caza".
La presencia de algunos carteles de competición de trail me confundió, pero seguí adelante sin oír ni ver a nadie. Todavía sudando por la agotadora subida, no era muy buena idea permanecer allí mucho tiempo, porque soplaba un viento frío y se acercaban nubes amenazantes.
Fue bastante peligroso llegar al camino original al otro lado de la montaña que estaba más abajo. Al final tuve que abrir una puerta y me sentí aliviado de llegar ileso cuando vi un cartel que decía "ganado bravo" en referencia a la zona que acababa de dejar. Un toro de aspecto feroz que caminaba por un campo cercano demostró que los carteles no eran una broma.
A medida que la llovizna se transformaba en lluvia, a veces me refugiaba bajo un árbol en busca de aves interesantes. Hubo un momento en que apareció el sol, pero solo por un breve instante. Vi algunas perdices rojas en un campo de olivos, escuché muchas currucas cabecinegras y algún que otro arrendajo. Ni rastro de ninguna rapaz hoy.
Aunque he tomado muchas fotos de tarabillas, supongo que nunca perderé la oportunidad de aceptar sus invitaciones. Nunca son tímidas, pero mantienen una distancia segura, lo que te permite tomar excelentes fotografías de retrato. Lamentablemente, el clima no me permitió incluir un bonito fondo hoy.
A pesar del mal tiempo, hoy he visto veinte especies diferentes. Quizá vuelva algún día, preferiblemente en primavera, pero sólo después de consultar el pronóstico del tiempo.
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